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Saturday, November 5, 2011

El cáncer de mama se puede curar y después de la quimioterapia viene la risoterapia"


Fuente: RTVE.es
La mama o seno femenino es cualquiera de las dos glándulas mamarias u órganos secretores de leche que se encuentran sobre el pecho.


En los últimos 15 años, la supervivencia de las mujeres afectadas ha pasado del 70 al 85% a los cinco años del diagnóstico.
"Es una patada en la tripa, un shock, un mazazo, un jarro de agua fría, un miedo horroso a morir". Cuando preguntas a una mujer por ese primer momento en que recibe un diagnóstico de cáncer de mama, la respuesta es unánime. La diferencia es la forma de cada una de ellas de enfrentarse a la enfermedad.
Usar o no peluca, emplear o no la palabra cáncer, ir o no al psicólogo, someterse o no a una reconstrucción mamaria. ¿Qué es lo mejor?
"Yo lucí mi calva todo el tiempo y me veía monísima. La que estaba enferma era yo y yo no me veía calva, no era más que un signo externo de la enfermedad", afirma a RTVE.es Chus Lacambra, vicepresidenta de ASCAMMA (Asociación de Cáncer de la Comunidad de Madrid). A su lado, Silvia Ruiz, directora de prensa de la asociación y también superviviente de cáncer, la interrumpe: "Pues yo sí que la llevé, no quería que nadie me preguntase y supiese que estaba enferma".
Cada caso de cáncer de mama es diferente y detrás de él hay una historia. Hoy, Día Mundial contra el Cáncer de mama, hay que celebrar que la mayoría de esas historias acaban bien. En los últimos 15 años, la supervivencia de estas mujeres ha pasado del 70 al 85% a los cinco años del diagnóstico.

"Acabábamos de enterrar a mi hermana, que había muerto de un cáncer de mama, cuando me encontraron un tumor. Pensé que me iba a morir, que ahora me tocaba a mí". Pero afortunadamente no fue así. Hoy, siete años después, Silvia puede contar que el cáncer de mama se supera y su lucha por sobrevivir es un ejemplo para las más de 22.000 mujeres que son diagnosticadas con esta enfermedad cada año en España.

La detección precoz, el mejor arma

Como ASCAMMA, decenas de asociaciones trabajan en nuestro país para que las afectadas y sus familiares tengan un lugar donde acudir para informarse, recibir tratamiento psicológico, compartir su experiencia y, sobre todo, escuchar el testimonio de alguien que ha pasado por su situación y ha sobrevivido a la enfermedad.
"La mayoría llegan llorando y nuestra labor es hablarles, darles ánimo y contarles nuestra historia. Nadie como nosotras las va a entender. Hay cosas que no necesitan explicar, esa es la fuerza de la asociación. Ser un testimonio vivo y como dice nuestro lema Estamos aquí, tú también puedes", afirma a RTVE.es Chus Lacambra, quien siete años después de haber vencido la enfermedad, sigue teniendo el coraje para volver a recordar cada día su experiencia.
"Me lo encontré yo sola, me noté como una espinilla en la aureola. Las pruebas confimaron que tenía dos tumores y metástasis en los ganglios. A partir de ahí empezó la batalla. Operación, quimioterapia y luego risoterapia", un hábito que Chus, a sus 47 años, no ha perdido, porque no deja de sonreir durante toda la entrevista.
Desde la experiencia, aconseja a las mujeres a afrontar la enfermedad con una actitud positiva e insiste: "La detección precoz y las revisiones son las mejores armas para combatir el cáncer".
Tras haber superado la enfermedad, las pacientes tienen que someterse a revisiones periódicas cada seis meses. "Es muy chungo, es el momento del veredicto", asegura Lacambra.
"Yo no me salto ninguna, aunque vaya con mucho miedo. He tenido tres cánceres de mama y el momento en el que te vuelven a decir que tienes un tumor es un mazazo. Siempre tendremos que vivir con esa espada de Damocles", sentencia la sevillana Carmen Carrillo, presidenta de AMAMA (Asociación de Mujeres Andaluzas Mastectomizada), quien explica a RTVE.es que ella no acudió a una asociación hasta que no le detectaron la enfermedad por segunda vez y ahora reconoce que tenía que haber pedido ayuda antes.
"Lo más importante es que se informen, que pregunten, que pidan ayuda y que acudan a fuentes fidedignas. Tienen que saber cuáles son las reacciones emocionales que van a experimentar a lo largo del tratamiento", asegura a RTVE.es, Patrizia Bresanella, psicooncóloga de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Una montaña rusa de emociones

Cada año la AECC recibe a través de infocáncer -un servicio gratuito de información y asesoramiento a pacientes y familiares- más de 5.000 llamadas telefónicas y unos 3.300 correos electrónicos. Además, en sus 52 sedes provinciales hay equipos de psicólogos, médicos y voluntarios que les ofrecen asistencia presencial.
"Tienen que saber que al principio pueden pasar por estados que van desde la depresión y la ansiedad hasta la negación de la enfermedad, rabia e irritabilidad", explica la psicológa. "Y después, cuando reciban el alta médica, pueden experimentar una sensación de abandono".
"Durante todo el tiempo que estás en la lucha ni te enteras, luego es cuando te viene el bajón", coincide Lacambra, que sigue sin perder la sonrisa y contagia una vitalidad desbordante.
Las asociaciones, además de ofrecer apoyo psicológico, desarrollan actividades como talleres nutricionales, de maquillaje, de autoexploración, escapadas culturales, teatro o yoga y algunas impulsan trabajos de investigación. En ASCAMMA, por ejemplo, están trabajando con la Universidad Politécnica de Madrid e INEF en Women in motion, un proyecto pionero que trata de demostrar cómo el deporte aeróbico afecta a la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama.

La familia, un apoyo fundamental

Y en las actividades también pueden participar los familiares. O casi deben, porque su apoyo es fundamental para los enfermos.
"La vida le cambia no solo al enfermo sino también a todo el núcleo familiar. Deben preguntarle a la mujer cómo ayudarla porque ella es quién mejor lo sabe y estar informados de las consecuencias del tratamiento. No deben adoptar una actitud sobreprotectora, sino más bien de consejero. Hay maridos que no saben qué decir y yo les digo que a veces el contacto físico, un abrazo, es más importante que las palabras", asegura a RTVE.es Bressanello.
Para Chus, decírselo a sus hijos fue el momento más difícil. "Entonces tenían 10 y 12 años", afirma mientras traga saliva. "Me preguntaron si me iba a morir y yo les dije que sí. Que era una persona mortal y que trabajaríamos para que no me muriera ni de cáncer ni en ese momento".
¿Fue una buena decisión? "Sí. Da igual que sean pequeños porque ellos manejan muy bien la comunicación no verbal y pueden magnificar la situación si no se les explica lo que está pasando. Hay que contárselo con un lenguaje adecuado a su edad y sin dramatizar pero es importante que compartan emociones y se sientan partícipes", considera la psicóloga.
Para Silvia, contar con el apoyo de su pareja fue fundamental. "Mi madre había perdido a su marido y a su otra hija de cáncer y para ella era muy duro. Cuando me detectaron la enfermedad, hacía seis meses que había conocido al que hoy es mi marido y le dije que me dejara, que no quería que estuviera conmigo por pena. Pero estuvo a mi lado, luchamos juntos y al final nos casamos. Siempre le digo que me salvó la vida", recuerda esta expublicista de 42 años, que a raiz de su enfermedad decidió dejar su trabajo para dedicarse a ayudar a otras mujeres y a buscar una vocación que todavía no ha encontrado.
"Para mí fue una lección de vida. Soy otra persona. Me quité las máscaras y dejé mi trabajo de creativa, ese vivir con un estrés constante. El enfrentarme a la muerte me hizo despertar y ahora soy feliz. Quizás si esto no me hubiera pasado, nunca habría tenido el valor para tomar ciertas decisiones, como dejar mi trabajo", afirma con una gran sonrisa.

El cáncer y la crisis económica

Hay organizaciones, como ASCAMMA, que se financian tan solo con el dinero de los socios y algún patrocinador ocasional, pero otras, como AMAMA, de Sevilla, tienen además subvenciones de organismos oficiales que les ayudan a contratar a psicológos y mantener vivos los proyectos, un dinero que espera que no escasee a pesar de la crisis económica.
Desde la AECC aprovechan este 19 de octubre, Día contra el Cáncer de Mama, para pedir que los recortes económicos, que ya sufren algunas áreas sanitarias, no afecten a los pacientes con cáncer.
Además, advierten de la necesidad de que equipos multidisciplinares traten a los pacientes desde el primer momento de la detección de la enfermedad ya que, según el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM,) solo el 50% de los hospitales cuentan con estos tratamientos. Las asociaciones de pacientes creen que esta cifra es un espejismo.
"Una enfermera y un médico no son un equipo multidisciplinar. Tienen que estar acompañados de psicólogos, cirujanos y otros especialistas", puntualiza Lacambra.
Y por ello, asociaciones como AECC o más pequeñas, como ASCAMMA y AMAMA, seguirán luchando con más o menos recursos para mejorar la atención a los enfermos. "Hay que dar el mensaje de que el cáncer de mama se cura, pero hay un 15% de enfermos que se quedan en el camino. Por eso, por las que no están, por las que estamos y por las que recaen, por todas ellas hay que seguir trabajando"
victor suarez

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